Córdoba muy lejos de cuidar al turismo

Más enfocados en la difusión y venta de la temporada que en inversiones y acciones fundamentales a la hora de fomentar el turismo y, sobre todo, cuidar a quienes eligen vacacionar en las diversas localidades, Córdoba, este año, se presenta repleta de deficiencias.

Uno de los combustibles más caros del país, acompañado por la nula inversión en el mantenimiento de rutas y accesos (entre ellos a la Capital provincial), una política recaudadora en lugar de preventiva y de concientización por parte de la policía caminera, a lo que se suma, muchas veces, la falta de respeto y hasta amenazas de algunos policías, ríos desbordados, cientos de hectáreas arrasadas por los incendios, precios desorbitantes a la hora de alquilar una cabaña o elegir un hotel, largas colas para ingresar a comercios, playas repletas que no respetan el distanciamiento social y mucho menos el uso de barbijo y medidas preventivas, son solo algunas de las múltiples acciones que generaron malestar entre quienes pasaron unos días por la vecina provincia e incluso, en muchos casos, regresar antes de un viaje que se pensó como de descanso y disfrute.

Claramente la pandemia pegó muy duro pero este tipo de políticas lejos están de incentivar, más allá de las campañas televisivas y mediáticas invitando a un Turismo que «espera» al visitante con cientos de atractivos, la llegada y respeto al turista.

Apenas se cruza el límite de La Pampa se encuentra con el primer inconveniente, una ruta (Nacional) destruida y que, con las abundantes precipitaciones, se llena de agua, lo que genera un verdadero peligro para las familias que la transitan. Controles policiales, necesarios y fundamentales para el cuidado y cumplimiento de las normas de tránsito, pero que solo tienen un fin recaudatorio y donde muchas veces, además, están cargados de soberbia y falta de respeto por parte de algunos efectivos (otros son muy amables); precios desorbitantes, no solo en los combustibles sino en el valor de las cabañas, muy lejos están de hacer un verdadero fomento del turismo y más bien parecen políticas que intentan salvar a algunos sectores en una temporada corta y atípica.