La Dirección de Epidemiología del Ministerio de Salud de la Provincia informó que se detectó un aumento en casos de personas enfermas de vías respiratorias por la circulación del virus sincitial respiratorio (principal causante de bronquiolitis) y el virus Influenza (virus de la gripe), en su mayoría del tipo A , como es el virus Influenza A H1N1.
Algunas personas tienen más probabilidades de caer gravemente enfermas con estas infecciones, como los niños menores de dos años de edad y las personas adultas de más de 65 años, las embarazadas y las personas con afecciones respiratorias o enfermedades del corazón, con un sistema inmunitario débil, VIH/SIDA o enfermedades de la sangre, cáncer, obesidad, entre otras.
Las enfermedades infecciosas agudas que afectan al aparato respiratorio (pulmones o vías respiratorias o ambos) pueden ser provocadas por muchos microorganismos diferentes y afectar a cualquier grupo de edad.
A la vez pueden ocasionar un espectro de enfermedades que van desde infecciones asintomáticas o leves hasta graves y fatales, dependiendo del germen causante, de factores ambientales y de la persona afectada. El modo principal de transmisión de la mayoría de las enfermedades respiratorias agudas es a través de las gotas pequeñas de un paciente que tose o estornuda.
La transmisión también puede ocurrir a través del contacto (incluyendo la contaminación de las manos con secreciones respiratorias seguida de la autoinoculación en los ojos, la nariz o la boca).
La aparición de los síntomas es típicamente rápida, desde unas pocas horas hasta varios días. Los síntomas incluyen fiebre, tos y con frecuencia dolor de garganta, resfrío, falta de aliento, respiración sibilante o dificultad para respirar. A menudo se ven acompañados de dolor generalizado y muscular. En los niños también pueden presentarse náuseas, vómitos y diarrea.
No se debe subestimar la importancia de estas enfermedades respiratorias agudas y de las medidas de prevención y control de infección. Las medidas de prevención cotidianas son: lavarse las manos frecuentemente: Ayuda a protegerse contra los gérmenes; el uso de alcohol gel es una alternativa al lavado con agua y jabón en caso que éste último no sea posible; evitar tocarte los ojos, la boca, la nariz: Los gérmenes pueden diseminarse cuando una persona toca algo que está contaminado con ellos y luego se toca los ojos, la nariz o la boca; mantener hábitos saludables: beber mucho líquido (agua, jugos naturales, en lo posible cítricos) y comer alimentos nutritivos. Alimentar a los bebés exclusivamente con lactancia materna hasta los 6 meses, agregando a partir de esa edad alimentos complementarios adecuados; evitar cambios bruscos de temperatura; cuidar el aire interior de las viviendas, evitando el humo de cigarrillo o de leña, y ventilando las habitaciones donde hay brasas o una llama (porque producen un gas nocivo, el Monóxido de Carbono, que no se ve ni tiene olor); cuidar la casa de la humedad, evitando que se junte vapor en los ambientes para que no se desarrollen bacterias o moho; si se está enfermo se debe consultar al médico, no automedicarse, guardar reposo; los niños no deben concurrir a clases y los adultos evitar ir a trabajar; cubrir la boca y la nariz con el codo ó con un pañuelo, de ser posible descartable, al toser o estornudar; utilizar utensilios personales, no intercambiar vasos, bombillas, chupetes, mamaderas, juguetes u otros que se lleven a la boca; desinfección de sitios comunes: Es importante prestar atención a la desinfección frecuente con hipoclorito de sodio (Lavandina) de superficies de “alto nivel de contacto”, como picaportes y equipos comunes: auriculares de teléfono, mouse de computadoras.
Vacunación
Si bien han pasado algunos meses desde el inicio de la vacunación, habiendo certeza de la circulación viral de influenza es sumamente importante que se vacunen las personas en las que se ha reconocido un riesgo mayor a enfermar gravemente. La vacuna hace que el sistema inmune desarrolle anticuerpos aproximadamente dos semanas después de la vacunación. La vacuna es gratuita y está distribuida en todos los centros de salud de la provincia. Además, se debe procurar tener completo esquema de vacunas en niños, adultos mayores y personas de riesgo principalmente.
Los grupos de riesgo para vacunarse son: todos los niños de 6 meses a 24 meses; embarazadas en cualquier trimestre de gestación; personas mayores de 64 años; personas que tengan enfermedades crónicas del corazón, respiratorias (EPOC, asma, fibrosis quística), renales, trasplantados, oncológicas, obesos, enfermedades que comprometan las defensas como las personas que viven con VIH/SIDA, entre otras; personal de salud que asiste enfermos principalmente.