¿Hasta cuándo se apoyará a las barras en el Fútbol Argentino?

Ante una posibilidad histórica, de una medida que en su momento fue ejemplar al dejar afuera a Boca por un hincha que arrojó gas pimienta a jugadores de River, ahora la historia se repite pero, por ahora, con un resultado adverso.

Esta columna no es para que se enojen los verdaderos hinchas del fútbol, todo lo contrario, es tratar, de una buena vez por todas, de terminar con los violentos y que gane este deporte que amamos.

Lo ocurrido en la llegada de Boca a la cancha de River fue lamentable, fija un antecedente que cruzó muchos límites, en tanto, el máximo organismo del fútbol de Sudamérica, Conmebol, decidió priorizar los intereses económicos y no pensó ni en los jugadores, que son los protagonistas de este deporte, ni en los verdaderos hinchas, en este caso de River, que fueron en dos oportunidades a la cancha, que tuvieron que pagar reventa de entradas a precios increíbles, y que ahora deberán viajar a Paraguay, si es que se juega allí el partido, para poder seguir al club de sus amores.

La pregunta sería ¿qué pasaría si un grupo de barras de Boca asisten al encuentro y rompen todo, si queman la cancha, si matan a alguna persona, si rompen el micro de River al llegar al encuentro, si vacían comercios y destrozan autos a la pasada?, ¿con qué criterio se sancionaría a Boca?, ¿cuándo se va a comprender que los barras son producto de las dirigencias de los clubes y que la única forma de combatirlos es con sanciones duras?.

La única posibilidad que este tipo de acciones se terminen es poniendo fin a la connivencia entre dirigentes y barras, cortando, de una buena vez por todas, con los negocios de estos delincuentes que están muy lejos de ser hinchas. El día que a un club en Argentina lo bajen de categoría, le hagan perder partidos y puntos producto del comportamiento de los barras esto, sin dudas, se termina.

Un párrafo aparte merecen los presidentes de los clubes, tanto Angelici como D´Onofrio dieron mucha pena en sus exposiciones mediáticas, parece que lo políticamente correcto es hablar para la tribuna, sin ningún tipo de compromiso con lo verdaderamente correcto. Por un lado el titular de Boca, que en su momento se quejó del escritorio, agotando las medidas para ganar de la misma manera que lo hizo su rival en 2015. Por otro el titular de River, en principio hablando de pacto de caballeros y que Boca quiere el escritorio, cuando fue él quien entró a la cancha de Boca en el episodio del gas pimienta sacando a sus jugadores y viajando a Paraguay a reclamar el partido ganado. La verdad, son ambos lamentables.

Los verdaderos hinchas del fútbol merecemos otra cosa, otro respeto y cuidado a los jugadores, otro trato a los simpatizantes que muchas veces hacen esfuerzos enormes para tener la posibilidad de ver a su equipo, otro tipo de dirigencia, con proyectos, y que vuelva a demostrar que esto no es un negocio sino una pasión, un sentimiento, donde su puede ser de un equipo u otro, pero con respeto. Las imprudencias de jugadores y dirigentes a la hora de declarar hace que la gente en la calle se pelee por un simple partido de fútbol, algo que lejos de disfrutarse parece un sufrimiento, o peor aun, una cuestión de vida o muerte para los argentinos.