En un fallo inédito, el máximo organismo del Fútbol en Sudamérica (Conmebol) decidió que la final de la Copa Libertadores entre River y Boca se juegue 8 o 9 de diciembre, primer papelón, y fuera de Argentina, lo que es aún peor.
Evidentemente los intereses económicos pesan más que la cordura y los cuestionados dirigentes de Conmebol piensan más el el dinero que en los jugadores de fútbol e hinchas.
Aún sin definir la fecha, hoy hablaron de 8 o 9 de diciembre, lo que si establecieron es que se juegue, y sí, es claro que por los intereses económicos. Ahora lo más bochornoso es que el partido entre dos clubes de Argentina por la final de la Copa se jugará fuera del país.
Un párrafo aparte merecerá la organización del evento, y obviamente si podrá llegar la gente de River al estadio, y qué ocurrirá en caso de que acceda público de ese mismo país -se habla de Paraguay-. Se viene un nuevo episodio de la final más larga de la historia, de uno de los papelones más grandes de la historia del fútbol y donde, una vez más, ganaron los violentos.