En el día de hoy, desde las 11, se reúnen los presidentes de Boca y River con el titular de Conmebol para dialogar respecto a lo ocurrido el último fin de semana en la previa del encuentro final por Copa Libertadores entre los dos clubes más grandes de Argentina.
Se trata de un día clave puesto que los hechos fueron muy graves, el micro Xeneize fue atacado con piedras y botellas durante unas 8 cuadras hasta el ingreso al estadio. Varios jugadores heridos y un antecedente en el año 2015 son los puntos que tuvo en cuenta Angelici para presentar un informe de varias fojas pidiendo se tomen las medias necesarias en el caso, es decir, que se le de ganado el encuentro a Boca, tal como se hizo con River en el año 2015 cuando un hincha arrojó gas pimienta a los jugadores Millonarios durante el ingreso al segundo tiempo.
Lo cierto es que River viene de varias situaciones complicadas en el desarrollo del actual certamen, la patada y expulsión de Pinola contra Independiente en el partido de vuelta de esa serie, la mala inclusión de Zuculini, el gol con la mano de Borré frente a Gremio que nadie reclamó y un penal (que fue penal) a través del VAR cuando tampoco nadie reclamó, la prohibición a Gallardo de comunicarse con sus jugadores frente a Gremio por estar suspendido, que no cumplió, y ahora este escándalo de un grupo de fanáticos que destrozaron el micro de Boca lastimando a varios jugadores.
Al igual que en 2015 el escritorio jugará un papel fundamental, ¿le tocará a Boca? ¿volverá a favorecer a River como en 2015?, más allá de la decisión final lo importante sería terminar de una buena vez con la violencia en el fútbol, sin importar si se trata de un club grande o uno pequeño, lamentablemente la vara, a la hora de sancionar, no es la misma cuando son River o Boca los involucrados.