La deuda que contrajo el Gobierno de Cambiemos, sin pasar por el Congreso de la Nación -y este es un punto interesante ya que no se trata de una deuda del Estado sino de la decisión de una persona, en este caso el presidente Mauricio Macri- alcanza números impensados, Argentina pagará este año más de 1 millón de pesos de deuda por minuto, de acuerdo a un estudio de la Universidad de Avellaneda, y por cada peso destinado a la Asignación Universal por Hijo, tan criticada por algunos sectores de la sociedad, abonará 3 al pago de intereses de esta deuda, y de esto -esos mismos sectores- no dicen nada.
Ayer, entre otras expresiones poco afortunadas, Mauricio, que es Macri, volvió a pedir a los argentinos «aguantar» y también a seguir «tirando del carro», comparando su situación -diciendo estar dejando su vida por Argentina – con la de millones de compatriotas, lo que seguro no analizó el presidente es que la situación de la gran mayoría del pueblo no es igual a la de Macri a la hora de «aguantar» y que seguramente la gran mayoría no quiere «tirar del carro» del endeudamiento, fuga de capitales, aumento se servicios y alimentos, pérdida de trabajo, incremento en la pobreza, y de la nueva grieta, palabra tan utilizada -sobre todo por los medios de comunicación- y que sin dudas es cada vez más profunda.
Claramente, y por esa grieta que por suerte existe, hay dos Argentinas, claramente esas dos Argentinas tiran de carros diferentes, claramente esas dos Argentinas aguantan de manera diferente, y por sobre todo claramente esas dos Argentinas piensan, eligen y pelean por valores diferentes.