Cuesta interpretar la frase del ministro de Hacienda de Nación, Nicolás Dujovne, quien lanzó «no hay nada que festejar con el 3.4% de inflación (solo de abril)», mucho más entender lo que dijo a continuación, «cuando se disipe la incertidumbre política, el índice de inflación será mucho más bajo».
La reacción a estas palabras no puede hacerse esperar, menos aún cuando se trata de un Gobierno que desde que asumió en diciembre de 2015 no paró de aumentar tanto la inflación como la desocupación, los precios en servicios y alimentos, la pobreza, indigencia, solo por referirnos a algunos ítems.
Ante la llegada de las elecciones a nivel nacional no queda más que volver a hacer una pregunta fundamental, ¿le creerá la gente todas las mentiras como en 2015? ¿analizará las propuestas incumplidas de Macri y Cambiemos?.
Este ministro, junto al mejor equipo económico de los últimos 50 años fue el que sostuvo que la inflación era lo más fácil de controlar, que no se recurriría al FMI, que no se meterían con la plata de los jubilados, que no habría quita de subsidios ni aumentos desmedidos en los servicios esenciales, ¿de verdad vale todo? ¿cuándo tendrá consecuencia la irresponsabilidad y mentira hacia la sociedad? la estrategia política se entiende desde los proyectos y acciones concretas, ahora bien, cuando sólo se miente para ganar una elección ¿es correcto?.