A partir del aumento de precios, donde por ejemplo la leche aumentó más de un 100% en el último año, se advierte sobre la caída del consumo, lo que genera un déficit nutricional en parte de la población.
De 2016 a la actualidad cayó un 21% el consumo, tanto de leche como de sus derivados, donde los argentinos estamos en el menor índice histórico de consumo de leche.
Algo similar ocurre con otros productos básicos a la hora de la alimentación, sobre todo pensando en los más chicos. En nuestro país ocurre algo muy lamentable, ya no sólo se habla de la posibilidad de pagar impuestos, hace tiempo, y esto es mucho más grave, se habla de poder comer.