Luego de lo ocurrido con la joven Nadia Lucero, hecho de conocimiento público, y a poco de compartir el feliz momento de su externación ocurrida el jueves al mediodía, desde el ámbito de Salud de la Provincia, a través del director del Hospital Lucio Molas, Raúl Álvarez, se reseñó del accionar de los profesionales que desde el primer día atendieron y acompañaron su evolución.
El hospital público “es una caja de resonancia donde se manifiestan las problemáticas sociales y lo de Nadia fue algo que nos exigió a dar respuestas extras a las que estamos acostumbrados en la cotidianeidad”, precisó Álvarez sobre un caso altamente complejo desde lo social. “Complejo por todos los condimentos policiales y judiciales que trajo aparejado. Para nosotros la prioridad fue tratar de salvarle la vida apenas ingresó por guardia, lugar donde se realizaron todas las acciones necesarias para garantizarle la existencia. Luego pasó a terapia intensiva donde surgió la necesidad de la participación de otros agentes del equipo de salud” precisó. A partir de allí, el hospital pasó a dar una respuesta integral. “Cuando pasa a la sala, aparecen diferentes estrategias para acompañar a Nadia en este proceso que fue desde la seguridad hasta el servicio de rehabilitación, internación, clínica médica y coordinación de enfermería, entre otros”. Tomada la decisión de otorgarle el alta médica, el paso siguiente impuso como necesidad la articulación con otras instituciones tal el caso de la Municipalidad de Santa Rosa a través de la Dirección de Género; de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia, del Ministerio de Desarrollo Social y el Fiscal de la causa. “A partir de la favorable evolución de la paciente, el servicio de rehabilitación comenzó a tener un papel preponderante y (Nadia) nos fue sorprendiendo día a día por la rapidez de su evolución, logrando el alta antes de lo esperado” señaló el titular del nosocomio público capitalino.
52 días
Fueron 52 días los que Nadia permaneció en el Hospital Lucio Molas, “tiempo en que todo el personal se involucró con la atención que ameritó el caso, como fueron los servicios de apoyo del laboratorio y la gente de seguridad”, señaló Álvarez, destacando que “fue un trabajo en equipo desde cada disciplina con la máxima rigurosidad que requería el tratamiento. Se generó un compromiso demostrado también desde lo social, ya que todos se hicieron eco del trance que le tocó vivir a Nadia, encarándose de una manera particular el acompañamiento, la asistencia y atención en su estadía por el hospital”, afirmó.
De aquí en más, queda la vinculación con el servicio de rehabilitación donde Nadia tendrá que volver dos o tres veces por semana, para continuar con el programa determinado por los profesionales en pos de su recuperación. Asimismo, Álvarez manifestó el buen trabajo en conjunto con el Ministerio de Seguridad. “Nos acompañaron diariamente y fue a quienes le comunicamos todos los pasos a seguir para respaldarnos y apoyarnos por la seguridad de Nadia. El Estado generó todas las articulaciones para responder luego que ella saliera del hospital rumbo a su domicilio”, prosiguió.
Evolución
Su evolución fue muy buena, reiteró el profesional, “porque, entre otras cuestiones, pensamos de qué manera adecuar su domicilio para que regrese en silla de ruedas; pero la realidad nos viene a demostrar que Nadia regresará a su casa caminando. En ese aspecto y en muchos otros está evolucionando rápidamente, aunque aún no podemos hacer pronósticos de cuánto va a recuperar de todo lo que estuvo comprometido. Seguramente, el proceso neurocognitivo es donde el pronóstico se torna más complicado”, sostuvo. Finalmente, Álvarez no dejó pasar la oportunidad de reconocer la existencia en todos los casos y en éste por su particularidad y trascendencia social “de un Estado presente, ya que desde Salud Pública y otros sectores se conformó una sinergia para acompañar permanentemente la atención y evolución de Nadia, ya sea en lo comunitario como en su inserción social, con sus hijos, su familia y todo su entorno”, concluyó.