Dos o tres situaciones de precariedad habitacional diarias está atendiendo la Dirección de Gestión Social de la Municipalidad de Santa Rosa. Frente a ellas se despliegan distintas estrategias de restitución de derechos como la asistencia económica para pagar alquileres, asistencia alimentaria, acceso a programas sociales y articulación con otras instituciones locales y provinciales.
Es así que, en conjunto con el Gobierno provincial se están pagando alquileres, y se está en comunicación permanente con el ministerio de Seguridad, al igual que con el servicio social del hospital Lucio Molas y los centros de salud de los distintos barrios. Incluso se está atendiendo a los 3 asentamientos procurando garantizar a quienes allí residen el acceso a sus derechos, no sólo desde lo habitacional y alimentario, sino también con frazadas, gas y leña, ante el frío inminente.
Caso Aballay
Ante un informe televisivo en el que se presenta la situación del señor Daniel Aballay, como en “situación de calle” y donde él mismo dice “no haber recibido asistencia alguna de parte del Municipio”, desde la comuna santarroseña informan que el seguimiento y atención que se ha prestado y se sigue prestando a esta persona es larga data.
Se precisa que el primer contacto que se tomó con esta persona fue a mediados de enero cuando se supo que pernoctaba en la Plaza Don Bosco, también conocida como “de Fátima”. Desde entonces, y ante la condición de vulneración de derechos en la que se encontraba, se dispusieron de distintas estrategias y acciones tendientes a revertir su situación.
Aballay se encuentra residiendo en espacios públicos, puntualmente en uno de los baños de la Terminal y no cuenta con familiares o amigos en la ciudad que puedan alojarlo. Es por eso que se le ha propuesto colaborar con el pago de una vivienda en alquiler, pero su inestabilidad en la toma de decisiones, negándose a abandonar la Termina, no lo ha hecho posible. Y, si bien cuenta con un hermano en San Juan (a quien se contactó y manifestó su preocupación), se niega a trasladarse hasta esa provincia, descartando las facilidades que se les propusieran para emprender el viaje, para ir a vivir a la vivienda con su hermano.
Se advirtió también el marcado deterioro físico en el que se encuentra, observándosele delgado y sin los cuidados de higiene y salubridad. Lógicamente representando un riesgo sanitario su permanencia en la Plaza o en los baños de la Terminal ya que se expone a diversas enfermedades sumado a la mala alimentación y el uso de vestimenta no acorde a la época del año.
Sumado a esto, de manera reiterada al momento de concurrir desde la Dirección municipal a sostener entrevistas con él o al momento de acercarle alimentos, se advirtió que Aballay se encontraba en un estado alcoholizado, observándose cajas de vino a su lado y teniendo que atravesar los agentes municipales situaciones de riesgo ante sus reacciones de violencia intempestivas. Naturalmente el consumo de alcohol opera como obstaculizador en su vida cotidiana, lo que lo aisla de su familia.
Todo esto ha imposibilitado implementar estrategias de intervención, o que las mismas se sostengan en el tiempo, dada su volatilidad en la toma de decisiones y sus reiteradas reacciones violentas.
Ante este cuadro de situación, la Dirección de Gestión Social del municipo, en procura de llevar adelante un plan conjunto de restitución de sus derechos, ha articulado con la Subsecretaria de Salud Mental y Adicciones e informado también a la Subsecretaria de Derechos Humanos, ambas del Gobierno provincial, para un trabajo de atención en conjunto.