Día Internacional del Aire Puro

El 19 de noviembre se conmemora mundialmente el “Día Internacional del Aire Puro” institucionalizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El humo de cigarrillo es el principal contaminante de los ambientes cerrados, causando enfermedad y muerte a millones de personas en todo el mundo. El humo se propaga y permanece en las superficies mucho tiempo después de que se apaga el cigarrillo. Está demostrado que los sistemas de ventilación son ineficaces para eliminar las 7.500 sustancias presentes en el humo de tabaco, muchas de ellas pueden permanecer meses en ambientes cerrados y son tóxicas; de las cuales unas 60 producen cáncer. 
La exposición al humo de tabaco se asocia con un 20-30% más riesgo de enfermedad cardiovascular y cáncer de pulmón en los adultos expuestos. Los hijos de fumadores expuestos en sus hogares tienen mayor riesgo de sufrir síndrome de muerte súbita, otitis a repetición, infecciones, trastornos del aprendizaje, del comportamiento o del sueño; así como también mayor riesgo de adicción al tabaco en la adolescencia, y cáncer de pulmón en la edad adulta, entre otros. 
No existe un nivel de exposición que sea seguro para la salud. Por esto, sólo los ambientes cerrados 100% libres de humo de tabaco protegen la salud. 
La ley 26.687 de 2011 estipula en su capítulo VI que se prohíbe fumar, o sostener encendido un producto elaborado con tabaco, en todos los espacios cerrados sean públicos o privados, esto incluye también el uso de cigarrillos electrónicos que emiten un aerosol con sustancias toxicas para la salud. 
Las leyes de ambientes libres de humo aplicadas junto con las acciones de comunicación y otras intervenciones, han generado un profundo cambio cultural en la población, que ya no acepta que se fume en los espacios cerrados, de modo que el porcentaje de población expuesta a estos riesgos ha venido disminuyendo, incluso en los hogares. 
En el contexto actual de aislamiento, es fundamental reconocer los efectos del humo en la salud, particularmente de los niños y buscar alternativas para que el consumo del fumador no dañe la salud de sus convivientes. 
El humo de tabaco contiene más de 7500 sustancias, muchas son tóxicas y unas 60 producen cáncer. Muchas permanecen en las superficies (muebles, polvo, cortinas, tapizados, etc.) y se van liberando al ambiente hasta meses después de que alguien fumó en un espacio cerrado (esto se llama comúnmente humo de tercera mano). 
Fumar en algunos ambientes de la casa o en algunos momentos del día solamente no es una solución ya que los tóxicos del humo pasan sin problema de un ambiente a otro. La única manera de proteger la salud es no fumar en espacios cerrados.