COVID-19: Una pandemia que se pudo evitar

A lo largo de estos largos meses fueron muchas las columnas de opinión que hemos desarrollado en nuestro medio, sin la necesidad de 8 meses de investigación ni de un panel de 13 expertos contratados pon la Organización Mundial de la Salud, donde manifestamos que esta pandemia se pudo evitar.

Claramente el desconocimiento, el egoísmo de los países más poderosos, el manejo centralizado de la información por parte de esos mismos poderosos, los intereses económicos, entre muchas otras cosas, estuvieron por encima del bienestar general de la población mundial y de las más de 3.3 millones de muertes.

Un cierre a tiempo, cuando en diciembre de 2019 ya se conocía sobre estos casos de neumonías graves en China, o en enero de 2020 cuando esos mismos casos se desparramaban por Asia y Europa, claramente podría haber evitado todo el daño generado a lo largo de más de 15 meses de pandemia, donde las pérdidas más graves fueron las vidas humanas, pero también las serias consecuencias en la salud de muchas personas, y los serios perjuicios económicos a nivel mundial, donde solo ganaron unos pocos, por decirlo de alguna forma, o los mismos de siempre, para ser un poco más claros.

El «novedoso» informe presentado por la OMS calificó lo que ocurre con la COVID-19 como «Chernobyl del siglo XXI» y pidieron reformas urgentes de los sistemas de alerta y prevención; ahora bien, y aquí sí ocurrió, aunque sin poner demasiado énfasis, algo positivo, que es al menos tocar el tema de distribución de vacunas, donde existe otra verdadera pandemia que requiere cambios urgentes ya que mientras algunos países no saben qué hacer con las dosis, en otros aún no ha llegado ni una sola.