Luego de trascender una notificación de la asesora presidencial Cecilia Nicolini a las autoridades rusas encargadas de enviar al país segundas dosis de la vacuna Sputnik V, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, justificó la postura nacional ante una solicitud que solo busca que se cumpla con un contrato firmado entre ambas naciones.
El 7 de julio, Nicolini envió un correo electrónico a Anatoly Braverman, hombre de confianza de Krill Dmitriev, CEO del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF por sus siglas en inglés), encargado de gestionar la venta de vacunas a otros países expresando la preocupación por el incumplimiento del contrato firmado para la llegada de vacunas Sputnik, principalmente segundo componente, e informando, además, que existe la posibilidad de gestionar nuevos contratos con otras empresas del mundo para avanzar con el plan de vacunación.
Esta mañana tuvo que ser la propia ministra quien salió al cruce de un hecho que la oposición quiso utilizar políticamente, aclarando que: “Ante una situación que es mundial, como la venimos viviendo desde hace meses, y ante una dificultad en la producción, no sólo del Instituto Gamaleya sino de todos los laboratorios productores de vacunas del Mundo, la verdad que es algo muy habitual estas negociaciones, estos pedidos, estas presione. Y si no lo hacemos nosotros, lo hacen otros”.