En los últimos meses la provincia de La Pampa es noticia por varios hechos de violencia, principalmente en las escuelas donde alumnos llegan con signos de violencia y/o padres agreden a docentes, sin dudas la pandemia dejó serias secuelas sociales y este tipo de acciones se trasladan a los establecimientos educativos.
Luego de varias reuniones donde el Gobierno puso a disposición recursos y los gremios docentes, principalmente UTELPa, planteara una serie de puntos para seguir trabajando en una paritaria que ahora involucra a más ministerios debido a que la problemática no es solo educativa (por ocurrir en el ámbito escolar) sino también social y de seguridad, hoy tuvo lugar una disertación de la especialista Carina Kaplan, quien habló sobre escolarización en tiempos de pandemia y pospandemia, vínculos y reencuentros.
«Observamos en nuestras investigaciones que, en los casos en que estudiantes ejercen algún tipo de violencia, no tuvo lugar el diálogo. Y el instrumento privilegiado de trabajo en las escuelas es precisamente la palabra”, manifestó Carina Kaplan, quien es doctora en Educación por la Universidad de Buenos Aires y magíster en Ciencias Sociales, con mención en Educación por la FLACSO y estuvo acompañada por la mágister Noemí Aizencang.
La especialista detalló que, ante la inquietud acerca de los hechos de violencia en las escuelas, reflexionaron de manera colectiva sobre cómo poner en palabras la conflictividad existente. “Distinguimos distintos tipos de violencia: la física, que puede ser hacia otros y otras, pero también la violencia contra el propio cuerpo, referida a expresiones de suicidio o autolesiones. También existen las violencias simbólicas que se expresan en humillación, formas de racismo, tratos descalificatorios. Entonces, debatimos sobre cómo generar un lenguaje en las escuelas que permita promover vínculos más fraternos, donde nadie se sienta excluido/a, donde nadie se sienta solo/a” señaló.
En relación a las políticas educativas que implementa la Provincia, mencionó la importancia de los Círculos Proactivos, en tanto espacios de diálogo y de conversación para comprender cómo se sienten los y las estudiantes, cómo transitaron el tiempo de aislamiento y cómo regresaron presencialmente a los establecimientos escolares. “A mí me conmueve en La Pampa el compromiso ético que tienen educadores y educadoras para sacar adelante a los y las estudiantes, el trabajo que realizan para cumplir su promesa de mayor igualdad y reciprocidad. Observamos en nuestras investigaciones que, en los casos en que estudiantes ejercen algún tipo de violencia, no tuvo lugar el diálogo. Y el instrumento privilegiado de trabajo en las escuelas es precisamente la palabra”.
Al cierre, Kaplan dijo que la escuela es la gran esperanza de reconstrucción del tejido social. “La promesa no puede cumplirse por sí sola, debemos generar mejores condiciones y recursos para nuestras infancias y juventudes, pero sin escuela seguramente no habrá posibilidad de una sociedad distinta”.