El presente futbolístico del equipo de la Rivera es preocupante, Boca no encuentra el rumbo a partir del cambio de entrenadores, la falta de jerarquía de un plantel que no está a la altura de la historia del club, lesiones y una dirigencia que tira por la borda lo logrado dentro del campo de juego hace unos años.
En el segundo partido con Almirón en el banco de suplentes volvió a perder ante su gente, fue 1 a 0 para Estudiantes de La Plata, que se aprovechó del mal momento Xeneize.
Los hinchas se cansaron y a pesar del constante aliento, concluyeron con silbidos, sin dudas para algunos jugadores que no sienten la camiseta o no entienden lo que representa Boca, y también para los dirigentes, que toman pésimas decisiones.
La frase popular dice que la gente pasa pero la institución sigue, muchos se ponen por encima de Boca y ese sería un buen paso para iniciar un cambio en la forma de manejar el club. Son ídolos, indiscutidos, queridos y con todo el apoyo, pero Boca Juniors es más grande que cualquier persona que haya vestido su camiseta.