Una zoonosis es una enfermedad que puede transmitirse entre animales y humanos producida por diferentes agentes infecciosos. Estos patógenos pueden ser bacterias, virus, parásitos u hongos y contagiarse a los humanos por contacto directo o a través de los alimentos, el agua o el medioambiente.
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) trabaja en la prevención y control de las zoonosis relacionadas a animales de producción como la rabia paresiante o la triquinosis, entre otras. Mientras que las zoonosis relacionadas a animales de compañía (como perros y gatos) se manejan a nivel municipal y/o provincial y también a través del Ministerio de Salud de la Nación.
Estas enfermedades representan un problema importante de salud pública en todo el mundo debido a la interacción entre humanos y animales en el medio agrícola, la vida cotidiana con animales de compañía y la movilización de personas, animales, sus productos y subproductos a través de la actividad comercial. En este sentido, las zoonosis pueden generar perjuicios en la producción y el comercio de productos de origen animal destinados a la alimentación y otros usos.
Asimismo, para recordar que la prevención de enfermedades en los animales no solo protege su salud y el bienestar, sino que es uno de los pasos más efectivos para proteger la salud de las personas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) designó cada 6 de julio, el Día Mundial de las Zoonosis, en conmemoración de lo sucedido en el año 1885, cuando el científico Louis Pasteur aplicó en Francia la primera vacuna antirrábica a un niño de 9 años que había sido mordido por un perro infectado por rabia. Gracias a la vacunación, el niño sobrevivió.
Es importante destacar que según la OMS, existen más de 200 patógenos que pueden producir enfermedades zoonóticas y representan un importante porcentaje de las enfermedades nuevas y existentes en los humanos.
Prevención y control
Los métodos de prevención de las enfermedades zoonóticas difieren para cada patógeno; sin embargo, la incorporación de ciertas prácticas a nivel individual y social puede hacer la diferencia. Por ejemplo, el cuidado de los animales de producción ayuda a reducir la posibilidad de que se produzcan brotes de enfermedades zoonóticas de origen alimentario a través de alimentos como la carne, los huevos, los productos lácteos o incluso algunas verduras.
Asimismo, el agua potable limpia y la correcta eliminación de desechos también resultan esenciales. Por último, las campañas educativas y de comunicación destinadas a promover el lavado de manos después del contacto con animales, entre otras medidas, resultan eficaces para reducir la propagación de las enfermedades zoonóticas.
La resistencia antimicrobiana (RAM) también es un factor para considerar ya que complica el control y la prevención de las zoonosis. Esta capacidad de los microorganismos de producir mecanismos específicos que les permiten sobrevivir en presencia de sustancias nocivas para su desarrollo (antimicrobianos) genera que los antibióticos pierdan su eficacia en el tratamiento de una enfermedad causada por bacterias. El uso inadecuado de los antimicrobianos puede acelerar este fenómeno, mientras que el uso responsable de los antibióticos en los animales resulta fundamental para preservar su eficacia en el tratamiento de enfermedades ocasionadas por las bacterias resistentes.
Por último, es clave considerar que la notificación inmediata al Senasa acerca de la aparición de determinadas enfermedades animales es de importancia fundamental para la protección de la ganadería nacional y la salud pública. Esta comunicación puede hacerse personalmente o por teléfono en las oficinas locales, vía correo electrónico a [email protected], mediante la aplicación “Notificaciones Senasa” o completando el siguiente formulario.
En síntesis, resulta necesario concientizar a la población sobre la importancia de estas enfermedades haciendo hincapié en su prevención a través de la continua comunicación con la sociedad para el cuidado de la salud pública.