A solo una semana de asumir el presidente de la Nación, Javier Milei, demuestra no solo improvisación a la hora de gobernar sino, además, un armado de imagen al estilo norteamericano que dista mucho de la realidad de nuestro país.
Luego del temporal que azotó gran parte del centro de Argentina, y fundamentalmente a la ciudad de Bahía Blanca, el mandatario fue a votar en las Elecciones de Boca, para acompañar a su socio político Mauricio Macri (quien era candidato a vicepresidente por una Agrupación y no fue a votar), tras ello puso a su disposición todos los recursos del Estado (gastos) para viajar (vestido de militar) con una comitiva hasta la ciudad portuaria y decirle a la comunidad: «estoy perfectamente confiado en que ustedes van a poder resolver esta situación», aclarando luego que lo harán «con sus propios recursos».
En campaña se lo escuchó una y mil veces hablar de la casta política y asegurar que los ajustes vendrían a esa misma «casta» de la que él y sus aliados forman parte, claro estuvo y en tan solo una semana, los ajustes llegaron con aumento de precios, inflación y devaluación, que lejos de afectar a los sectores más poderosos recayeron en el bolsillo de las y los asalariados y quienes menos recursos tienen (es decir la mayor parte del pueblo argentino).