En la final de Dublín, Atalanta gritó campeón de la Europa League, en un gran partido rompió todos los esquemas del Leverkusen, que llevaba 51 partidos invicto y venía de coronarse en la Bundesliga.
Con un triplete del inglés Lookman, los italianos golearon 3 a 0 al conjunto alemán consiguiendo así el segundo título de su historia.