Los mercados le soltaron la mano a Javier Milei y al Gobierno de socios Libertarios y de la coalición de partidos vinculados al PRO-UCR. Quien en campaña se autodenominó experto en crecimiento económico con o sin dinero no le encuentra el rumbo a la economía y los números demuestran la triste realidad en la que están enterrando a Argentina.
A los tristes números de indigencia, pobreza, desempleo, cierre de PyMEs y comercios se le suma una fuerte subida del dólar blue, hoy a $1420 (récord) y una brecha cambiaria con el oficial del 55%. Caen los bonos y acciones nacionales y, con ello, las ventas y el consumo.
La pregunta es ¿Cuánto más la sociedad aguanta esta situación?, que sigue a la espera del cambio prometido, al igual que en 2015, y que solo trajo beneficios para el sector más acomodado (minoritario), que aprovecha la influencia de medios (propios o que representan a sus intereses) dedicados a generar odio hacia la generación de derechos y clases emergentes, volviendo a instalar candidatos para no perder privilegios.
Un ministro de Economía que fracasó (para el país y la sociedad no para él y sus socios) con una bicicleta financiera que -parece- vuelve a instalarse, generando falta de inversión para producción y empleo. Una ministra de Seguridad que cada vez que declara deja más dudas que el propio presidente en cuanto a sus facultades para ocupar un cargo de tamaña importancia. La denominada «jefa» devenida en líder y constructora política de «no se sabe qué»; en definitiva, un grupo de improvisados, acompañado por la vieja casta (Menem, Macri, Francos, Bullrich, Scioli, entre otros), y cómplices (UCR-PRO y partidos provinciales que negociaron cargos y/o fondos a cambio de aprobar leyes) están dejando tierra arrasada y tal vez, al muchos ver la realidad, será tarde porque Argentina estará vendida a manos extranjeras o socios de quienes hoy conducen los destinos de nuestro querido país.
Por Federico Gómez