Desde que asumió Javier Milei como presidente de la Nación, el pueblo argentino perdió un 32.1% de rentabilidad en sus salarios. Además, casi 150.000 asalariados formales perdieron su trabajo.
Es una triste realidad que la plata en Argentina alcanza cada vez menos, a las altas tarifas de servicios (electricidad, gas, agua, expensas, transporte, alimentos, educación, salud) hay que sumar la brutal devaluación de los salarios, que en poco más de 6 meses perdieron casi un tercio de su valor.
En julio de 2024, el salario mínimo real se encuentra un 43% por debajo del nivel de noviembre de 2019, al final del gobierno de Cambiemos, y un 564% por debajo del nivel de noviembre de 2015.
La comparación del salario mínimo con las líneas de pobreza e indigencia también refleja este retroceso histórico. En julio, el salario mínimo solo permite cubrir el 56.8% de la canasta básica de alimentos que define la línea de indigencia para una familia tipo y el 25.6% de la canasta de pobreza, cifras similares a las de la crisis de la convertibilidad en 2001/2002, arroja el informe de CIFRA CTA.