El 9° Festival de Vientos, Cuerdas y Percusión llegó a su fin este domingo y luego de tres jornadas. Fue con el concierto de cierre de la Gran Orquesta del Festival, a cargo del maestro Gustavo Fontana, en el Playón del Ferrocarril. Este evento fue conformado por más de 200 músicas y músicos que deleitaron al público.
La actividad, libre y gratuita, contó con una gran afluencia de personas que acompañó también el desfile previo de murgas integrado por la agrupación de INAUN, Los Rotosos de Monserrat y murgas de la ciudad.
El espectáculo comenzó con niñas y niños del Taller de Iniciación Musical, a cargo de Alejandra Baraybar, junto al Coro Primaveral de Ceballos, el Taller de Iniciación Musical de barrio San Etelvino, el Coro de las Infancias, integrantes de Iniciación Musical, a cargo de Maira Veas y el Ensamble Infanto Juvenil.
Posteriormente, subieron a escena cantantes y coreutas que se sumaron gracias a una articulación con la Universidad de las Artes, coros de la Dirección de Gestión Cultural y el Coro Provincial.
El último turno fue para la Gran Orquesta que desplegó un amplio repertorio.
Además, entregaron presentes a cada una y uno de los docentes musicales que fueron parte de la triple fecha.
Para finalizar, se proyectó el cortometraje del Ensamble de Vientos, Cuerdas y Percusión en el marco de su 10° Aniversario.
Compartieron la alternativa el secretario de Gobierno, Nicolás Mendoza; el director de Gestión Cultural, Matías Rach; la directora de Cultura, Andrea Elizondo; funcionarias y funcionarios; docentes de la UNA.
Durante la iniciativa, el secretario Mendoza se expidió frente a las y los asistentes: “Es una alegría estar compartiendo esta tarde con ustedes y esta propuesta que cada año que se realiza tiene un gran acompañamiento de nuestra sociedad”.
“Siempre escucho a Matías contar la historia del Ensamble y es una que a mi me conmueve. Es la historia de un grupo de aficionadas y aficionados a una disciplina artística que, ante una dificultad, tomaron la decisión de organizarse y cumplir el sueño de que cada piba y pibe pueda tocar un instrumento”, sostuvo el funcionario.
Aseveró también que “frente a las situaciones económicas adversas que debemos pasar, este grupo de padres en conjunto con los talleristas de ese momento que tenía la ciudad, aunaron esfuerzos y armaron una sociedad civil para proveer de elementos a estos espacios”.
En este marco, explicó: “Se trata de la realización de un proyecto colectivo, porque así se concibe el Ensamble, desde un montón de individualidades que se han juntado para lograr ése sueño que es tener en la ciudad un festival de estas características que hoy posee estas dimensiones”.
“Como dice nuestra intendenta Fernanda Alonso, General Pico es una comunidad de comunidades porque, por suerte, hay un montón de ellas que conviven en nuestra localidad y conviven con la posibilidad de realizarse”, añadió Nicolás Mendoza, contando que “hoy tenemos un semillero de una calidad impresionante y es la posibilidad que el Estado toma, recoge y fomenta”.
En tanto, Matías Rach señaló: “Escuchamos un repertorio sumamente variado desde música pampeana hasta Beethoven. Agradecemos a todas y todos los profes de la UNA que estuvieron presentes, que hacen que podamos elegir el arte como modo de vida, de una forma gratuita y de calidad”.
Indicó que “es incuestionable la igualdad de condiciones que hay y que siempre vamos a estar del lugar del que menos tiene. En La Pampa necesitábamos que quienes quisiéramos vivir del arte pudiéramos formarnos si no teníamos la posibilidad de irnos, por ello se fueron sumando voces que hacen que a partir de ahora, se llame Festival de Música de General Pico”.
Lujo en El Viejo Galpón
El sábado 26 se presentó la artista polaca Anna Miernik haciendo uso del nuevo plano Yamaha adquirido recientemente por la Municipalidad de General Pico. Su espectáculo, a sala llena, fue respondido con grandes aplausos.
La renombrada pianista, que recorrió numerosos países con su música, valoró el esfuerzo del Estado local para lograr la obtención de este elemento que será indispensable para la formación de niñas y niños que crecerán junto con la música.