La recesión, pérdida de empleo, falta de oportunidades, mensajes violentos y la distinta vara con la que se mide a la sociedad solo generan mayor inseguridad y hechos de sangre en Argentina.
Los datos de inicio de año son alarmantes, a diario son miles los reportes por robos, cada vez más violentos, hay un notable incremento de circulación de drogas, no solo marihuana, cocaína y sus derivados, sino también las denominadas drogas sintéticas, y crece el número de muertes por la inseguridad.
Para no recaer solo en Capital Federal o AMBA, estos hechos replican en el interior y la ciudad de Rosario es un claro ejemplo, en solo 15 días de 2025 tuvo 7 crímenes.
Así, mientras desde Nación se autoriza un blanqueo de dinero sin justificar su procedencia, la avanzada narco continúa sin control, con la complicidad de un sistema corrupto que involucra varios actores.
La represión es sectorial, para jubilados o trabajadores que reclaman mejores salarios producto que el dinero no alcanza para llegar a fin de mes, pero no cuando las protestas responden a los mismos intereses que el Gobierno de turno.
Mientras tanto los números se oculta, o dan a cuenta gotas; a la realidad no se la puede tapar a pesar de la complicidad y silencio de los denominados «grandes medios», preocupados y ocupados en abordar temas que en nada inciden en la vida del pueblo argentino.