Como es habitual en nuestro país, algunos Gobiernos, con una ideología marcada y los mismos actores, toman deuda que luego termina pagando el pueblo. La Corte de Estados Unidos falló en contra y Argentina deberá pagar 310 millones de dólares por una deuda tomada durante el Menemismo.
Lo más grave es que por lo general los montos se utilizan para pago de deuda, cumplir con tomadores de bonos (generados por el mismo gobierno) y que el dinero se vaya nuevamente al exterior con la ya conocida «bicicleta financiera», muy lejos que los millones de dólares se reflejen en infraestructura y calidad de vida para argentinos y argentinas.
El fallo adverso de la Corte de Estados Unidos ante la apelación Argentina habilitó el embargo de activos depositados en cuentas del Banco Central en la Reserva Federal (Fed) de ese país. Así, un grupo de acreedores (fondos buitres) tomarán posesión de aproximadamente 310 millones de dólares.
El conflicto se remonta a la emisión de los bonos Brady a principios de la década de 1990, instrumentos financieros respaldados con títulos del Tesoro estadounidense como garantía. Estos bonos fueron parte de un acuerdo de reestructuración de deuda impulsado por el entonces secretario del Tesoro de Estados Unidos, Nicholas Brady, para refinanciar pasivos acumulados durante la década anterior.