En Sarandí, el arroyo se tiñó de rojo en una imagen de película.
En Avellaneda, este hilo de agua que desemboca en el río de La Plata cambió su color por un rojo muy fuerte. La contaminación en la zona no es novedad, hay miles de depósitos, fábricas e industrias que arrojan desechos al arroyo, generando gravísimas consecuencias sanitarias y ambientales.
Vecinos y vecinas del lugar denuncian permanentemente hechos como este, «otras veces el color es amarillo y no se puede respirar por el olor a ácido», comentó una residente que vive cerca de la cancha de Arsenal.
Lo cierto es que la falta de control genera contaminación y peligro para la vida, producir a cualquier costo tiene consecuencias y es responsabilidad de los Gobiernos, tanto municipales, como provincial y nacional, llevar adelante las acciones necesarias para evitar este tipo de «accidentes».