Un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) muestra que en enero de 2025 las ventas minoristas subieron en relación a las de 2024, aún así tuvieron una fuerte pérdida si se la compara con la de 2023.
Sin dudas cualquier medición que se realice con diciembre de 2023 o los primeros meses de 2024 van a resultar con mejores datos estadísticos, producto que apenas asumió la actual gestión de Gobierno Nacional llevó adelante una brutal devaluación del 118%, pulverizando salarios y generando aumentos de precios desmedidos en alimentos, combustibles y servicios.
Informe de CAME
En enero, el comercio pyme enfrentó un escenario desafiante, marcado por la estacionalidad, el éxodo de consumidores a países limítrofes y baja liquidez tras las fiestas de diciembre. Si bien muchos empresarios consultados destacaron como positivo la estabilidad de los precios y una leve mejora real con respecto al año pasado, la mayoría coincide que las ventas siguen siendo menores a lo esperado.
La incertidumbre económica continúa afectando a los comerciantes, reflejándose en el creciente aumento de los costos operativos de las empresas. No obstante, los empresarios mantienen expectativas positivas de cara al resto del año, esperando que el regreso a clases impulse el consumo en febrero y marzo.
Así surge del Índice de Ventas Minoristas (IVM) Pymes de la Confederación Argentina de la en Mediana Empresa (CAME), elaborado en base a un relevamiento mensual entre 1.212 comercios minoristas del país, realizado entre el 1 y 6 de febrero.
Desafíos y oportunidades para el sector
Uno de los principales desafíos actuales es la dificultad para afrontar el pago de salarios. Los comercios de Alimentos y bebidas encabezan la lista de sectores más afectados, con un 21,2% de los comerciantes reportando problemas en este aspecto. El sector Textil e indumentaria tampoco es ajeno a esta situación, con un 19,2% enfrentando dificultades similares.
Sin embargo, algunos negocios han logrado manejar mejor la situación mediante estrategias como promociones agresivas y reducción de costos operativos. Por ejemplo, un comercio de calzado en Buenos Aires optó por reducir sus horarios de atención durante la temporada baja, mientras que una tienda de indumentaria en Santa Fe implementó descuentos por pago en efectivo para incentivar el consumo inmediato.
Los comerciantes tienen claro qué cambios podrían ayudarlos en el corto plazo. La reducción de impuestos encabeza las demandas, con un 71,7% de los encuestados destacando su importancia. Un comerciante del sector textil de Mendoza comentó que, con una carga impositiva más baja, podría invertir en nuevas colecciones y generar empleo.
Otras medidas solicitadas incluyen el estímulo a la demanda interna (10,4%), la simplificación burocrática (6,7%) y los incentivos para la contratación de personal (6,3%). Un ejemplo práctico de este último punto es el caso de una pyme de indumentaria en Córdoba que, con una reducción de cargas laborales, podría contratar más empleados para mejorar la atención al público y potenciar sus ventas.
Frente a estos desafíos, los comercios han implementado diversas estrategias para mantenerse competitivos. La diversificación de productos ha sido la medida más adoptada, con un 35,1% de los encuestados innovando en su oferta. Por ejemplo, una tienda de marroquinería en Tucumán sumó accesorios personalizados y logró aumentar sus ventas en un 20%.
También se ha recurrido a la reducción de gastos operativos (21,1%), optimización de horarios laborales y, en menor medida, aumento de horas de atención para captar más clientes. Un local de calzado en Buenos Aires implementó horarios extendidos los fines de semana, lo que le permitió captar turistas y mejorar su facturación.
El principal problema que afecta a los comercios es la falta de ventas, mencionada por un 49,1% de los encuestados. Otro obstáculo significativo es el alto costo de producción y logística (32,1%).
Desregulación del trabajo y pérdida de derechos
No cabe dudas que las medidas impactan directamente en trabajadores y trabajadoras, que deben adaptar sus horarios y condiciones al denominado «mercado», lo que representa pérdida de derechos y flexibilización laboral.
Esperanzados en una mejora de la economía pero no invertirían
Finalmente, la encuesta arroja que una gran mayoría de los comercios y pymes creen que le economía va a mejorar este años, y con ello las ventas, aún así, y en una contradicción muy profunda, sostienen -cuando se les consulta si consideran que es un buen momento para invertir en la ampliación de su empresa-, «el 19% responde afirmativamente, mientras que un 25% no está seguro y un 56% lo descarta».
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