El conjunto cordobés le dio otro golpe al River de Gallardo en una Copa inventada por la AFA.
Luego de jugar 120 minutos en Paraguay sin poder abrir el marcador, llegó una definición desde el punto penal para el infarto. Con más errores que aciertos, Talleres aprovechó su oportunidad para volver a gritar campeón, luego de 26 años.
El encuentro, pensado más en defender el arco propio que en atacar al rival, finalizó 0 a 0, se jugaron 30 minutos más con altísimas temperaturas pero ninguno pudo romper el marcador.
En los penales, un inspirado Armani dejó al Millonario con todas las chances de levantar el trofeo pero todos fallaron y la T enderezó la tanda a su favor para terminar ganando 3 a 2 luego de 6 penales ejecutados por equipo.
Marcaron Mosqueira, Bustos y Benavides para los de barrio Jardín, mientras que para River lo hicieron «Pity» Martínez y Borja, en tanto, fallaron Rojas (atajó Herrera), Montiel (lo tiró por encima del travesaño), Colidio (pegó en el travesaño) y Lanzini (la tiró afuera).
Otra vergüenza para el Fútbol Argentino
Como nos ha acostumbrado la dirigencia del fútbol nacional, esta Supercopa Internacional la juegan dos equipos que, o resultaron campeones o tuvieron buenos resultados en torneos locales, asimismo no participan equipos de otro país por lo que carece de carácter internacional.
No hay muchas explicaciones ni tampoco justificativo, solo un negocio más de la AFA con -en su momento- árabes. Enfrenta a quien más puntos sume en la tabla anual (de la Liga Argentina) con el ganador del Trofeo de Campeones (de Argentina).
Este desastre, tanto organizativo como de falta de credibilidad, no le quita mérito a Talleres, que festejó ante su gente y suma una estrella. Uno de los más grandes del interior grita campeón y una buena parte de Córdoba celebra.