Acostumbrado a los «manejos» de tierra y principalmente al de un sector de productores rurales, el ex ministro de Agricultura de Mauricio Macri, Luis Etchevere, intenta transformar un problema familiar en político.
Ayer tuvo lugar lo que denominaron «banderazo» ya típico de estas nuevas modalidades contra el Gobierno elegido por una amplia mayoría hace apenas 10 meses. Cabe destacar que el mismo incumplió todos los protocolos sanitarios, que contó con unas 700 personas y que abundaron los insultos dejando en claro un sentimiento que no es nuevo por parte de un sector de los ruralistas.
Calificando el acto como un hito en defensa de la propiedad privada, que bueno sería se repase un poco la historia para analizar caso por caso como se adquirieron esas tierras, muchas manchadas con sangre y mal llamadas conquistas -que no eran tales- un encendido Etchevere politizó una pelea con su hermana, quien a su vez lo denunció por aprietes y patoterismo.
Una vez más entidades como la Mesa de Enlace o la Sociedad Rural queriendo pasar por encima de la Justicia y exigiendo al Estado liberar la propiedad privada cuando no es su rol, retrotraen la historia de nuestro país a tiempos conocidos.
Lo cierto es que los amigos de Luis, ampliamente beneficiados durante el macrismo, dijeron presente y ya amenazaron con quedarse y repetir lo hecho en Gualeguay.
“Esta es la tierra de los lanceros que expulsaron al tirano de Rosas y nos salvaron de la dictadura, es la tierra de los criollos que jinetean todos los días, la de los alemanes del Volga…”, dijo la madre de Luis, en un tramo de su discurso y como si esa «propiedad privada» comenzara su historia con aquellas guerras entre los que pretendían un país federal y quienes poseen las tierras apoyando el colonialismo y los beneficios para unos pocos a costa del trabajo y muerte de otros.