El 26 de junio de 2011 Belgrano daba el batacazo, le ganaba la promoción a River y mandaba al equipo Millonario a jugar en el Nacional B en lo que representó, sin dudas, el golpe más grande de la historia del fútbol argentino.
Las malas campañas, entre ellas el finalizar último en el Apertura 2008, y la presión fueron demasiado para un grupo de jugadores y cuerpo técnico que no pudieron evitar la humillación, no tanto por perder la categoría sino por tratarse de uno de los dos más grandes del país. Belgrano lo superó 2 a 0 en Córdoba y en la vuelta, en El Monumental, la esperanza de los hinchas se fue derrumbando tras el empate del Pirata, un penal atajado por Olave, y el paso de los minutos sin encontrar respuestas.
Aquel día, el árbitro Sergio Pezzotta, amenazado de muerte en el entretiempo por los «Borrachos del Tablón», terminó el partido unos minutos antes cuando el Monumental ya era la escenografía de un campo de guerra, con fuego en las tribunas y hombres abatidos sobre el césped.