Desde la asunción de Mauricio Macri en la presidencia de Argentina el dólar pasó de 9.85 a 63 pesos al cierre de una gestión que quedará marcada por la deuda, desempleo, aumento de pobreza, destrucción de la industria nacional, la timba financiera, el aumento de los servicios y la destrucción de la independencia de poderes.
Específicamente sobre la moneda extranjera, y recordando que en campaña el entonces candidato de Cambiemos decía que era fácil de controlar y que no sufriría grandes aumentos, se pasó de un valor cercano a los 10 pesos a más de 60 en solo cuatro años, en otra de los tantos anuncios incumplidos.
Se cierra un nuevo ciclo en la política de nuestro país, una nueva gestión que democráticamente termina su mandato como debería ser siempre, desde mañana se escribirá una nueva historia, esperanzados los argentinos en que sea lo mejor para todos, con la obligación, tanto de la Justicia como del Legislativo, de ser organismos independientes y de control, y con políticos que cumplan de una buena vez con las promesas que le hacen a su pueblo, pensando en todos los sectores y el bienestar general.