Editorial: Día de la Lealtad

El 17 de octubre de 1945 fue protagonizado, en palabras del pensador nacional Raúl Scalabrini Ortiz, por el “Subsuelo de la Patria Sublevado”. Miles de trabajadores y trabajadoras marcharon desde “las orillas” a la Plaza de Mayo para reclamar la libertad de un hombre que ese día se transformó en líder del sector mayoritario del pueblo argentino: el General Juan Domingo Perón.

Esta fecha pasa a la historia como el “Día de la Lealtad Popular”, y 73 años después se la sigue conmemorando. Pero la lealtad no es a un hombre sino a un proyecto embanderado en la Independencia Económica, la Soberanía Política y la Justicia Social.

Si no fuera así, no se comprende como 44 años después de la muerte de su fundador el peronismo sigue vigente como causa de los sectores más vulnerados, de los trabajadores, de sectores de clase media con conciencia nacional, de jóvenes comprometidos con una política que se constituya en herramienta de transformación, con estudiantes universitarios que pudieron iniciar sus carreras por que la Universidad se acercó a sus barrios, de científicos que regresaron al país porque reconocieron un proyecto innovador que premiaba el conocimiento, de los empresarios que están comprometidos con el desarrollo económico asentado en un mercado interno fortalecido; en definitiva de una gran parte del pueblo argentino.

Pero la lealtad no era solo del pueblo con el líder que encarnaba ese proyecto, también desde la conducción se era leal defendiendo los intereses de las mayorías populares, fortaleciendo un Estado que intervenía y regulaba la economía para evitar que el “mercado” sirviera solo a quienes detentaba el poder concentrado del dinero.

La realidad actual nos interpela en este 17 de Octubre, las banderas históricas del peronismo se encuentran golpeadas. La Justicia Social frente a la inflación, la quita de subsidios a los servicios públicos, la pérdida de poder adquisitivo, la modificación de la ley de movilidad jubilatoria, los cambios realizados a los Programas Procrear y Progresar es un objetivo cada vez más lejano. La Independencia Económica se diluye ante un país cada vez más endeudado que acaba de habilitar una oficina del FMI (Fondo Monetario Internacional) en la sede del Banco Central de la República Argentina (casi una vuelta a la “Década Infame” de los años 30 para que controle las políticas económicas del Gobierno nacional. La Soberanía Política desaparece ante el sometimiento a las políticas orientadas por Estados Unidos de Norteamérica que destruyeron UNASUR, desfinanciaron el Parlasur (organismo legislativo del Mercosur) y a la presencia del FMI como “Decisor” de las políticas económicas del país.

Evita dijo que cuando las cosas estaban bien ser peronista era un derecho, pero que cuando la situación afecta a las mayorías populares ser peronista es un deber. Es momento de demostrar la lealtad al Proyecto Nacional y Popular que legara el General Perón dejando de lado intereses mezquinos y personalismos arrogantes para que unidos recuperemos la senda del desarrollo nacional con distribución de la riqueza en el marco de la unidad latinoamericana.

Es momento de que la “Lealtad” exprese unánimemente el grito de “Patria Si, Colonia No”.