Sin dudas la última elección a presidente en Chile demuestra un necesario cambio de rumbo en relación a la dirigencia política, Gabriel Boric se transformó en presidente; así, sus ganas y juventud marcan una nueva etapa en este lado del mundo.
El joven de 35 años planteó cuestiones poco comunes para otras generaciones, otras preocupaciones, habló de cambio climático, expresó su preocupación por la precarización laboral, y de golpe se saltearon un par de generaciones (de 50 y 60 años) que, por incapacidad, por egoísmos o simplemente por estar cómodos en un cargo, quedaron sin posibilidades.
Para tomar una etapa a la hora del análisis, desde el regreso a la democracia en Latinoamérica los resultados no han sido los mejores, poblaciones concentradas en grandes centros urbanos, mala distribución de la riqueza, falta de oportunidades, jóvenes obligados a emigrar, tomar el Estado como una PyME, negocios y funcionarios corruptos, fuga de capitales son algunos de los claros ejemplos que han dejado países endeudados y poblaciones empobrecidas a partir de malas decisiones de quienes «supuestamente» tiene más experiencia.
Claro está que se vienen un necesario cambio generacional en Latinoamérica, ¿llegará a Argentina?…