En el Pacaembú y ante un gran marco de público, Costa Brava le ganaba a Ferro de Pico por 1 a 0 por un gol de Pablo Agüero, el partido se suspendió a los 26 de la segunda mitad producto que desde la hinchada visitante comenzaron a arrojar piedras al campo de juego.
Una vez más un lindo espectáculo deportivo se tiñó de violencia y por culpa de unos pocos inadaptados el encuentro no pudo llegar a su fin. El local fue más y merecía la ventaja pero la falta de puntería de los delanteros y volantes mantenían la igualdad.
El gol llegó de la cabeza del capitán de Costa, en una jugada cargada de polémica porque la hinchada costera pidió penal en el tiro de esquina previo y la verdolaga falta del central previo al golpe de cabeza, por un manotazo a su defensor.
Los ánimos se caldearon, en gran parte por el mar arbitraje, y en el tumulto hubo una expulsión en la visita, que no le encontró la vuelta al partido y se fue con las manos vacías de la cancha de Costa, que festejó ante su gente.